CAMINO DE FRANCISCO La invitación a empezar uno de los caminos más antiguos hechos por San Francisco después de su renuncia a los benes, representa el Desiderio de volver a encontrarnos otra vez a seguir la guía de este Santo.
Dentro de estos pocos kilómetros está colocada una parte de la vida de Francisco, pero sus valores espirituales están inscritos, desde los primeros pasos, adentro de la universalidad de las palabras y los cantos gayos de su protagonista.
La unión de las imágenes sin palabras o comentarios quiere ser el testimonio directo del efecto sobre el espirito que el empezar de este camino puede donar. Se trata de iglesias, burgos, castillos y monumentos que permanecen como testigos del recuerdo de nuestro pasaje. Esos edificios solo funcionan como transportes del amor sin límites para la natura que un simple hombre ha manifestado hace 800 años.
Los monumentos de las siguientes imágenes están conectados por una lógica muy precisa. De hecho, también si no se conociese esa lógica, la fuerza y la sugestión de las imágenes son así grandes que, pudiésemos ser capaces de ver la historia de un hombre de apariencia superior por carisma, que en realidad se muestra su aceptación incondicionada de sus propios límites humanos.
Bajo el Camino de la Paz se encuentran lugares sacros que no se pueden no considerar fundamentales para el reconocimiento del peregrinar franciscano. Lugares como la iglesia de Carpignone, el eremitorio de San Pedro en Vigneto y la abadía de Vallingegno que junto con la abadía de Valfabbrica, forman el axis central del Camino.
Alcanzando Gubbio se encuentran la iglesia de la leprosería de San Lázaro con la cercana “Vittorina”, el primer asentamiento franciscano en la ciudad, estratégicamente organizado para el tratamiento de la enfermedad del tiempo, la lepra. Al final el templo dedicado al Santo en la ciudad nos acuerda el fervor edilicio de las iglesias de Assisi y quiere ser un puente entre la beatificación y el recuerdo del hombre que fue Francisco.
Por lo que pertenece el Camino en su integridad, ha sido imposible reconstruir su ruta original: a lo largo de 8 siglos ningún documento nos ha dejado un testimonio con direcciones precisas.
Por supuesto Francisco conocía muy bien la vía para Valfabbrica, por eso la primera parte parece ser la única de que sabemos una traza cierta. Las fuentes históricas del tiempo han sido la guía para signar el Camino más creíble posible en la época de la virtualidad.
De toda manera, sobre el Camino de la Paz se eleva la sensación de aventura místico-religiosa que el Santo ha probado en sus bosques y las iglesias entre Assisi, Valfabbrica y Gubbio.
Este es el sentimiento de inmensa paz con los animales y el Creador, con el universo y la vida que hay dentro de él; entre las coordenadas del Camino, cada uno será líberamente el protagonista de su propio viaje.
VALFABBRICA EN EL CENTRO DE CAMINO DE LA PAZ
El Camino de Francisco ha sido y todavía es una realidad muy importante para el pueblo de Valfabbrica.
Unos años después la guerra entre Assisi y Perugia, que se concluyó con la derrota de los primeros en Collestrada (1202), cuando el joven Francisco fue encarcelado, su vida empezó un cambio radical eligiendo la espiritualidad sobre cualquier cosa.
En 1207, después de la renuncia a sus benes, en su primer viaje como “hombre nuevo”, Francisco partí de Assisi para alcanzar Gubbio donde tenía un amigo, Federico Spadalonga.
Cuando llegó a la localidad el Pioppo, a un kilómetro y medio afuera de Valfabbrica, vino peleado por soldados emboscados para robarlo. A la pregunta de ellos “¿Quién eres?” Francisco contestó “Soy el heraldo del Gran Rey” (refiriéndose a Dios), así que los bandoleros pensaron que los fuese tonteando y decidieron de golpearlo. Volvió a caminar pronto después de la pelea encontrando en poco el Castillo de Valfabbrica, pero pronto llegó a la abadía benedictina de Santa María de la Anunciación.
Francisco ya sabía que cerca de allí había el vado del rio Chiascio, imprescindible para seguir su camino hasta Gubbio; en ese momento ocurrió que el invierno le impidió de seguir andando por la zona del monasterio estaba cercada por las aguas del rio que desbordó.
Francisco pidió la ayuda de hospitalidad y quedó unos días al monasterio donde se cuenta que el prior Ugo no quiso tratarlo como huésped, le reconocí unas sabanas y un trozo de pan, luego lo puso a trabajar a la cocina.
Después de unos días, cuando la tormenta se había placada, Francisco dejó a sus espaldas el monasterio y pasó el rio hasta Gubbio.
Este primer viaje dio origen al Camino franciscano de la Paz.
Hoy día siguen siendo miles y miles los peregrinos que van por el Camino, pasando cada día por Valfabbrica que los recibe cordialmente en sus estructuras receptivas.